Monday, June 18, 2012

Palabras son palabras

Palabras son palabras
Lunes, Junio 18, 2012 | Por Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Entre los días 20, 21 y22 del
mes de junio se celebrara el Foro mundial Rio + 20, donde gobiernos e
instituciones especializadas trataran de buscar las vías y mecanismos
para asegurar la salvación del planeta ante la tragedia ecológica que
nos agobia y amenaza a causa de la indolencia e irresponsabilidad de los
propios seres humanos.

El magno evento tiene lugar veinte años después de la Cumbre de la
Tierra (Río de Janeiro 1992) en la cual los líderes mundiales intentaron
ponerse de acuerdo para iniciar el camino largo y difícil en busca de
legar a las generaciones futuras un planeta verde y sano.

Ya los medios informativos nacionales han comenzado a recordar la
intervención del ex presidente Fidel Castro en aquel cónclave, discurso
que califican de paradigmático y premonitorio por los argumentos que
esgrimió allí el comandante para señalar las carencias y peligros que
enfrenta la humanidad en cuanto a la conservación de su patrimonio natural.

Quien escucha aquellas palabras queda prendado de la certeza meridiana
de tan contundentes argumentos y plenamente convencido del compromiso
del máximo líder con la protección del medio ambiente.

Para la ocasión se anuncia incluso la publicación de un volumen que
contiene reflexiones y valoraciones sobre el tema realizadas por Castro
en los últimos años.

Sin embargo más allá de las palabras resulta triste y lamentable la
ejecutoria del gobierno cubano en este campo. Los golpes de pecho y el
oportunismo verbal no pueden esconder que en los primeros años de su
gobierno el máximo líder impulsó una demencial campaña de desforestación

Con el objetivo de sembrar caña de azúcar, café o pastos para ganado
―renglones tradicionales que a la larga han colapsado bajo el influjo de
la economía castrista― fue arrasada una parte considerable de nuestra
riqueza forestal y convertidas en exóticas muchas de las frutas
tradicionales del país. Este fenómeno afecto en medida considerable el
régimen de lluvias en importantes regiones económicas de la Isla.

Esa indiscriminada deforestación se unió a los muchos miles de toneladas
de fertilizantes químicos que han acelerado la erosión y depreciación de
los tradicionalmente fértiles suelos cubanos.

Posteriormente vinieron los llamados pedraplenes, so pretexto de
impulsar el desarrollo turístico el máximo líder promovió la
construcción de esos caminos de piedra y asfalto para unir la isla
grande con otros enclaves insulares del archipiélago y de paso hacer una
afectación capital al equilibrio ecológico de nuestros mares. Hace años
un especialista vinculado al tema me aseguró que en las instituciones
científicas y académicas cubanas estaba terminantemente prohibido
siquiera hacer comentarios sobre los efectos nocivos de los pedraplenes.

Las ciudades y pueblos no escapan a los traumas medio ambientales y
ecológicos provocados por la desidia gubernamental. La bahía de La
Habana es, por mucho, una de las más contaminadas del mundo y los
desechos industriales contaminan las ya depreciadas fuentes pluviales.

Resulta harto preocupante la utilización extensiva del asbesto cemento
en cubiertas habitacionales y recipientes de agua potable a pesar de
estar globalmente contraindicado por sus muy peligrosas propiedades tóxicas.

La higiene ambiental urbana sufre la permanente desidia de las
autoridades responsables, incapaces de garantizar la adecuada recogida
de desechos sólidos, lo cual nos enfrenta al triste espectáculo de ver
nuestros barrios convertidos en eventuales basureros.

Por otra parte el gobierno cubano sigue culpando a las potencias
occidentales como los únicos responsables del desastre medioambiental
que enfrenta hoy la humanidad y oculta al pueblo cubano que hace ya
algunos años La India y China, un país comunista, a tenor de sus
acelerados desarrollos industriales, se han colocado entre los mayores
emisores de gases contaminantes.

Ojalá la cercana cumbre genere consensos, mecanismos y compromisos para
enfrentar con posibilidades de éxito los enormes retos que significan el
cambio climático y la enorme deuda ecológica contraída en las últimas
décadas.

Si algo es seguro será que veremos a los gobernantes cubanos seguirse
proclamando paladines de la protección del medio ambiente, mientras en
Cuba afrontamos día a día las consecuencias del monopolio y la desidia
irresponsable, impuestos por ellos mismos y que ya dura más de medio siglo.

elical2004@yahoo.es

http://www.cubanet.org/articulos/palabras-son-palabras-2/

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