Monday, September 24, 2012

La Cuba ecológica de los europeos

La Cuba ecológica de los europeos
septiembre 22, 2012
Ecologismo europeo y precariedad tercermundista
Yenisel Rodriguez

HAVANA TIMES — Muchos ecologistas europeos llegan a Cuba con la
esperanza de encontrar un modo de vida alternativo al consumismo crónico
que ha deteriorado el entorno natural en sus países.

Tan desesperada es su búsqueda, que comienzan por desconocer las
características específicas del deterioro medioambiental que genera la
población cubana. Confunden nuestras limitaciones en el consumo con la
conciencia ambiental que ellos profesan.

La semejanza ilusoria que se produce entre este consumo limitado y las
alternativas de regulación consumista que ellos promocionan, termina por
jugarles una mala pasada.

Un ejemplo es la moda de empaquetarlo todo utilizando productos
altamente contaminantes.

Recuerdo a una cientista social italiana que se maravillaba con la venta
a granel en los mercados agropecuarios cubanos. Creyó descubrir en los
comerciantes de la isla una conciencia ambiental naturalizada.

Siempre recibió la alerta de investigadores cubanos sobre la diferencia
de contexto, así como de las particularidades del consumismo en nuestro
país. Pero ella nunca se dio por convencida. Creía en una supuesta
sensibilidad mística del tercer mundo para con la naturaleza.

Nunca supe sobre las conclusiones de su investigación. Es de esperar que
reafirmara su tesis inicial a pesar de las alertas recibidas.

Hace algún tiempo que los mercados agropecuarios cubanos vienen
generalizando la moda primermundista de empaquetarlo todo: granos,
especies frescas, frutas, viandas y un largo etcétera.

Su generalización responde a una mayor disponibilidad de empaques de
nylon en el mercado interno, y no precisamente a consecuencia de un
deterioro de nuestra conciencia ecológica tercermundista.

De esta forma se obvia la lucha feroz que lleva a cabo nuestro mercado
doméstico para incorporar la lógica del mercado internacional, buscando
captar la demanda del consumidor nacional con apetencias primermundistas.

Otra cuestión que ignoran los ecologistas europeos, es que en Cuba el
consumo "sofisticado" adquiere el atractivo adicional de funcionar como
un cable a tierra que destensiona el fuerte autoritarismo estatal imperante.

Mientras esto sucede, el humanismo primermundista continúa aferrado a la
aspiración de construir sus utopías ecológicas y sociales en los
exóticos paisajes del tercer mundo.

Vaya obstinación.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=72007

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