Tuesday, October 13, 2015

El carnaval del hollín

El carnaval del hollín
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 13 Oct 2015 - 5:06 am.

¿Qué justifica que el Estado venda motores de uso que no garantizan los
controles medioambientales? ¿Por qué se desestimula a los particulares
de comprar automóviles de última generación?

El papa Francisco ha hecho una magnífica labor en las últimas semanas.
Al mismo tiempo, un escándalo de corrupción casi compite con la pujanza
mediática del Santo Padre. La automovilística alemana Volkswagen vendió
más de 11 millones de autos con motores trucados para esquivar los
controles medioambientales. El gerente general de la empresa ha
dimitido, y su sucesor ha calificado lo sucedido de "desastre político y
moral", mientras culpaba a un reducido grupo de empleados.

Al unísono, el Santo Padre disertaba ante el Congreso norteamericano y
la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la necesidad de fomentar la
paz y salvaguardar el medioambiente.

El Papa alertó sobre todo al mundo industrializado, con la aseveración:
"El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van
acompañados por un imparable proceso de exclusión… Lo dramático de toda
esta situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias,
me lleva junto a todo el pueblo cristiano y a tantos otros a tomar
conciencia también de mi grave responsabilidad al respecto, por lo cual
alzo mi voz, junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones
urgentes y efectivas".

Sin embargo, esas preocupaciones no fueron declaradas por su Santidad en
Cuba. El tema de la contaminación suele eximir a las naciones
tercermundistas del regaño público por la emisión de gases contaminantes
a la atmósfera.

La leyenda del almendrón

Según el finado premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez,
hasta el año 1961 rodaban en Cuba 482.560 automóviles. Cálculos
conservadores estiman que de aquellos carros sobreviven menos de 100.000
unidades.

Un estudio informal acometido en horario pico en la calle Línea del
Vedado —una de las arterias de mayor tráfico de la capital— confirma que
más del 85% de los carros circulantes superan los 30 años de fabricados.
De ellos, el 80% son vehículos norteamericanos llegados a Cuba antes de
1961.

Un alto porcentaje de estos "almendrones" —en su mayoría utilizados
como taxis— fueron remotorizados con máquinas diesel. ¿Cuál es la razón?
Pues los precios del combustible es el motivo más poderoso. "Con un
litro de combustible diesel —según los almendroneros consultados―puede
recorrerse el triple de la distancia que con el mismo volumen de gasolina".

Reinaldo, taxista de 42 años, tiene un Moskovish que remotorizó con una
unidad Renault de cuatro cilindros: "Los motores hay que comprarlos
obligatoriamente en el Ministerio del Transporte —alega—, para legalizar
la compraventa".

Su motor es de uso y traído de Europa. En el mercado estatal los
motores nuevos llegan a quintuplicar el precio de los usados. La
remotorización le costó a Reinaldo cerca de 5.000 CUC, incluyendo los
gastos de adaptación y sobornos a funcionarios para agilizar el papeleo
de la certificación.

"Los costos están en función del tamaño y peso de los carros. Por
ejemplo: los automóviles Cadillac, Buick y Oldsmobile de las décadas 40
y 50, llevan motores más grandes, por consiguiente el consumo de
combustible es mayor.

"En la red de garajes estatales (Cupet), el litro de diesel especial
cuesta 1,10 CUC. Pero el mismo combustible puede adquirirse por la
izquierda a menos de 0,50 centavos de CUC. El Estado se comprometió a
entregar una asignación de combustible subsidiado a los cuentapropistas
del sector del transporte, mediante una tarjeta magnética, pero no ha
cumplido el acuerdo, solo le interesa el cobro de los impuestos",
concluye Reinaldo.

Los precios de los combustibles en Cuba han sufrido una elevación del
160% con relación a los de la década del 90, cuando el crudo no rebasó
los 30 dólares por barril, salvo durante los días de la operación
Tormenta del desierto en Irak.

En la actualidad los precios del crudo cayeron a más del 50% de su valor
y según estimaciones del grupo financiero Goldman Sachs sobre oferta y
demanda, se espera que la caída llegue a los 20 dólares por barril.

En Cuba los precios del combustible solo fueron ajustados a principios
de 2015, con una ínfima reducción del 7%. La justificación del Gobierno
de adecuar los precios según el comportamiento del mercado mundial, se
cumple cuando beneficia sus bolsillos. Las consecuencias de estas
políticas repercuten en la población, al tener que pagar mayores precios
por las carreras.

En cuanto a los controles medioambientales, no son tan estrictos. Los
choferes tanto estatales como cuentapropistas solo son requeridos por
los inspectores cuando sus carros emiten una exagerada cantidad de humo
negro. Igualmente el control técnico conocido como "somatón" prioriza
los sistemas de frenos, señalizaciones u otras solicitaciones técnicas.
Con relación a las emisiones de dióxido de nitrógeno ―según los choferes
consultados―, en caso de descalificación, la solución es el soborno,
"porque cada hombre tiene su precio".

Contradicciones

Según Ecured, el Centro de Inspección y Control Ambiental (CICA) es la
autoridad responsable del control y regulación del medio ambiente. La
gestión ambiental alcanza su clímax con la promulgación de la Ley No. 81
del Medio Ambiente, en 1997, en la cual se definen las estructuras y
principales funciones de los centros especializados en la gestión
ambiental. Esta institución se subordina al Ministerio de Ciencia
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

Los artículos de la ley 81 especifican competencias para hacer cumplir
la ley; paralizaciones, clausuras y decomisos; restricciones a las
importaciones de tecnologías; y prohibición a los ruidos, vibraciones y
emisiones que puedan afectar la salud de las personas, entre otras
regulaciones.

Según el trabajo investigativo Control ambiental del paciente alérgico,
escrito por cuatro especialistas de primer grado en Alergología, se
extrae el siguiente resultado: "Se ha comprobado que el dióxido de
nitrógeno (NO 2), producto de la combustión de los vehículos de motor es
el irritante respiratorio más importante, también existen otros
contaminantes: dióxido sulfúrico (SO 2) que proviene de la combustión de
combustibles fósiles como el keroseno, petróleo y combustible industrial
y Ozono, (O 3) generado por reacciones fotoquímicas. El control de estos
factores depende de una política de vigilancia de los gobiernos y del
Ministerio de Salud Pública. Es posible que los niveles permisibles de
contaminantes en el Medio Ambiente no sean lo suficientemente bajos para
proteger la salud humana".

Ante tales circunstancias, ¿qué justifica que el Ministerio de
Transporte, que se debe al cumplimiento de las leyes, venda al sector
cuentapropista motores de uso, que no garantizan los controles
medioambientales en cuanto a las emisiones de dióxido de nitrógeno? ¿Por
qué el Estado cubano desestimula a los particulares de comprar
automóviles de última generación, y aplica precios que oscilan entre los
100.000 y 260.000 CUC a aquellos vehículos que en el extranjero cuestan
cuatro y cinco veces menos, evitando la renovación paulatina del parque
automotor nacional y al mismo tiempo las emisiones de dióxido de
nitrógeno a la atmosfera?

Las respuestas a las contradicciones hay que buscarlas en la imagen de
tabloides estampada a Cuba: un país de automóviles viejos y edificios en
ruinas que al reverso descorre el claro objetivo de victimizar a los
nacionales y criminalizar al embargo norteamericano. Esta campaña revela
cómo se puede servir a las ideologías en detrimento de las personas.

El exgerente de Volkswagen era el ejecutivo que más ganaba en Europa en
el momento de estallar el escándalo en su compañía. Dimitió en el acto.
Y su sustituto ordenó el despido de los supuestos involucrados hasta que
no se prueben inocencias. Por infortunio, en el Gobierno y el Partido
Comunista de Cuba, no existen funcionarios con los niveles de ética y
vergüenza mostrados por estos capitalistas.

El papa Francisco aseveró en la Asamblea general de la ONU: "La
exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad
humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los
más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave
motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a
vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del
abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e
inconscientemente consolidada cultura del descarte".

La paradoja de paradojas es que los descartados cubanos son los máximos
responsables del fortalecimiento y consolidación de un régimen "que no
vive para servir, ni sirve para vivir".

Source: El carnaval del hollín | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1443571778_17221.html

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